Tu vives empujándome
y no aguanto mas,
no tengo porque soportar.
Es tan triste que quieras dejarnos,
Llevara tiempo acostumbrarnos.
Todo esta dicho y hecho está,
Sabrás que es la soledad.
¿Crees que hay vida después del amor?
Aveces, cuando pienso
que todo esta perdido,
voy hacia una de las
formas de la muerte,
me pego un tiro
con una palabra
que alguna vez
me fue tan transparente.
Y en la ternura
del agua que corre
te recuerdo en la llegada
de unos trenes,
sales de los mares,
curvas de los puertos,
con mujeres descalzas
en el verde.
Voy hacia el fuego como
la mariposa,
y no hay rima que rime con vivir.
no te pares, no te mates,
solo es una forma mas de demorarse.
Y en las tardes tranquilas
cuando extraño todo,
pienso que todo
no es lo que perdi;
una rosa de fe,
aun a costa de perder,
se pierde pero se gana.
La lucha es de igual
a igual contra uno mismo,
y eso es ganar.
No te pares, no te mates,
solo es una forma mas de demorarse.
Recuerdo la quietud
de la tierra, la quietud estaba adentro;
se cree mas en los milagros
a la hora del entierro.
Ese hombre trabajo,
¿Quien escribira su historia?
La cal reseca, la vida que sueña,
los amigos que siguen igual,
la gloria en zapatillas, el florero vacío,
¿Quien sabe si se puso a pensar;
para que vivo?
Vivo para no perder!.
Voy hacia el fuego como la mariposa,
y no hay rima que rime con vivir.
No te pares, no te mates,
solo es una forma mas de demorarse.
En 1904, en la histórica Av. De Mayo, de la Capital Federal argentina, los empleados de una tienda llamada A la ciudad de Londres, habían formado un club llamado Maipo Banfield, que intervenía en torneos con otras firmas comerciales o en simples desafíos. Los empleados de menor edad del incipiente club Maipo pagaban su cuota social como el resto de sus compañeros, pero solo les daban el derecho a presenciar los encuentros pero no a participar de ellos.
Esta enojosa situación provoco que estos jóvenes se reunieran en un antiguo bar, “A la salida de la tienda, en el boliche de Victoria (ahora Hipólito Yrigoyen) y Bolívar”. La primera reunión ya era un hecho. Antonio y Nicolás Cabana, Luis y Nicolás Bassou, Juan Ipart y Fernando Aizpuru se sumaron a Rosendo y su hermano, Marcelo Degiorgi. Ocho pibes, todos de 14 a 17 años, iniciaron la sublevación. Aprovechando la marginación de los cadetes en otras tiendas, el proyecto trascendió las fronteras de A la Ciudad de Londres. Y entonces ya nada los detuvo.
En el proceso hacia la independencia, surgió la posibilidad de unirse a otra institución ya constituida. Pero ellos querían ser un club Independiente. Por eso se bautizó por parto natural: “Independiente Foot Ball Club”.
Nombraron presidente provisional al propio Rosendo Degiorgi, cuya familia facilitó una pequeña habitación en su casa de la calle Montevideo al 1500, en lo que sería la primera sede del nuevo club.
Si bien el club se constituyera el 4 de agosto de 1904, el acta de este compromiso no fue conservada, por lo que se tomó como fecha de fundación el 1 de enero de 1905, día que se realizara una importante reunión de la Asamblea Directiva, nombrando socios fundadores a todos aquellos inscriptos hasta ese momento.
La primera comisión directiva oficial recién se constituyó el 25 de marzo de 1905, cuando se eligió como primer mandatario a Arístides Langone.
Yo se que menti, yo se que falle que te traicione y que me aleje de ti
vagando en el denso mar de la falsedad de espalda al infinito.
Me puedes matar me puedes dejar
pero nunca tendras que te deje de amar
tu sabes que eres mi otra mitad mi espiritu gemelo.
Paula no me olvides, Paula para siempre
Paula en el alma me falta tu mirada
tu sonrisa dulce y tu cuerpo al despertar
¿donde estas? ¿donde estas? ¿donde vas?
Se que te perdi cuando resvale
pero nunca jamas te dejare de amar
tu sabes que eres mi otra mitad mi espiritu gemelo
Paula no me olvides, Paula para siempre
Paula en el alma me falta tu mira
tu sonrisa dulce y tu cuerpo al depertar
¿donde estas? ¿donde estas? ¿donde donde?
Paula invisible, Paula transparente
Paula en el alma me falta tu mirada
tu sonrisa dulce y tu cuerpo al despertar
¿donde estas? ¿donde estas? ¿donde vas?
Pinta mi cara en la pared,
ponle el color que quieres ver
Píntame a tu parecer,
no tengo nada que esconder
Tu alma esta en el mar
ninguna red la va a atrapar
Si persigues tu verdad
nada podrá cambiarla.